La ministra de Vivienda, María Antonia Trujillo, anunció el miércoles 6 en el Senado su intención de reformar la tributación sobre la vivienda en el IRPF "en el marco de la reforma que se emprenderá en 2005". El anuncio ha hecho temblar a más de uno, porque la deducción por vivienda de hasta 9.000 euros anuales es el instrumento fiscal más favorable que ha empujado a muchas familias a contratar un préstamo hipotecario.
Además, la reforma fiscal había sido fiada por el vicepresidente económico para la segunda parte de la legislatura. En caso de que la reforma se lleve a cabo, se produciría una ralentización mucho más brusca de la adquisición de viviendas y, por tanto, del sector de la construcción. Pero en caso de que se aplique de manera retroactiva, es bastante probable que la morosidad se dispare y que eso genere la anunciada caída brusca del precio de la vivienda. Tal medida haría creíble la advertencia del Banco de España de que la vivienda española está sobrevalorada en un 20%.
Conviene recordar que la vicepresidenta María Teresa Fernández de la Vega se comprometió a que la eliminación de la deducción por vivienda no se aplicaría en ningún caso de manera retroactiva. La promesa afecta al bolsillo de millones de españoles que en los últimos han firmado hipotecas millonarias con el único consuelo de la deducción fiscal.
Los expertos aseguran que la deducción por vivienda va directamente a los promotores. Y puede que tengan razón. Pero modificar la normativa a mitad de partida supone una lesión grave al principio de seguridad jurídica y generaría un verdadero cataclismo en la economía doméstica y en la macroeconomía. ¿Se impondrá Trujillo o De la Vega? Doble contra sencillo por la segunda. Con los dedos cruzados.