Esta semana, UGT ha dado a conocer un informe en el que se denuncia que el precio de la vivienda ha sufrido un incremento del 450% en relación a los salarios entre los años 1998 y 2004. Esta brutal brecha ahonda las dificultades de los menos favorecidos en el acceso a la vivienda. Mientras que en los años 80, el 60% de la vivienda que se construía era de protección oficial, hoy ese porcentaje se ha visto recortado al 10%.
La vivienda se ha convertido ya en el problema social y político nº 1. Desde el gobierno se ha dado un impulso político a través de la creación del ministerio de la Vivienda. Pero el gesto se ha quedado en eso : un mero gesto político que se ha quedado a medio camino. Desde UGT señalan que las medidas que está tomando el gobierno son positivas, pero insuficientes. La Sociedad Pública de Alquileres y los minipisos son avances, pero parches en relación a lo que hay que hacer, señalan desde el sindicato filosocialista.
En la UGT consideran que gran parte del problema obedece al carácter especulativo de los ayuntamientos, que utilizan el suelo como herramienta para cuadrar las cuentas ante la insuficiencia financiera. Y es que, como todos sabemos, el Pacto Local y la segunda descentralización sigue siendo una asignatura pendiente.
Además, el sindicato plantea la necesidad de establecer mecanismos de coordinación entre administraciones. "No incrementar la coordinación, sino propiciarla", señalan. Para ello proponen que en la vivienda se creen conferencias sectoriales de coordinación similares a las que existen en Educación o Sanidad. "Hasta en transportes existen órganos de coordinación entre comunidades autónomas".
La pelota está en el tejado del ministerio de la Vivienda que es quien debería de asumir esa labor de coordinación entre administraciones. "El problema es que no tiene ni la autoridad legal, ni la autoridad moral, ni el peso político para hacerlo", señalan fuentes ugetistas. No en vano, todas las quinielas sitúan a Trujillo como la primera candidata a salir por la puerta de atrás en la crisis de gobierno que Zapatero prepara para las uvas.