No es que el BBVA baraje una mejora de su OPA sobre la BNL italiana (una acción del BBVA por cinco de la BNL) en un 20%. Es al revés: son los italianos quienes han lanzado un ultimátum al BBVA: o mejora la oferta o amenazan, no con una contraoferta, para la que probablemente no estén preparados, sino el empantanamiento de la situación. Aunque, cuando hablamos de los italianos no está claro si nos referimos al Contrapacto que lidera el constructor Francesco Caltagirone, o al propio Banco de Italia, cuyo gobernador, Antonio Fazio, conocido en le banco de FG como Tony el Fascio.
El hecho de que la aseguradora Unipol haya adquirido un 10% de BNL aún pone más difícil al BBVA la posibilidad de alcanzar el 51% el capital, condición autoimpuesta para controlar la OPA.
En definitiva, se abren otras posibilidades: victoria del BBVA y retirada del Contrapacto. Victoria del Contrapacto, que no significa asunción de la gestión sino empantanamiento. La tercera, sería que el Contrapacto se convirtiera en el principal accionista de BBVA. Está prácticamente rechazada, por el BBVA. Tampoco puede aceptar la segunda: entregar su dinero sin controlar la gestión y con el enemigo en casa.
FG considera que la batalla de la BNL hay que ganarla al precio que sea. Por contra, el consejero delegado José Ignacio Goirigolzarri, considera que no hay que aumentar el precio, que la actitud de los italianos es un verdadero chantaje. Para eso, sería mejor vender, obtener una plusvalía mientras haya tiempo y marcharse. Goiri considera que los italianos no pueden permanecer en su situación permanentemente, dado que la BNL necesita urgentemente una nueva gestión para regresar desde los números rojos a los negros.
El interés de la operación, además, se ha reducido varios enteros. En Europa han dejado de pensar en BBVA-BNL para comenzar a hablar de Unicredito-Hypo, una fusión transfronteriza que sí puede cambiar el equilibrio bancario continental. A fin de cuentas, estamos hablando de un banco italiano que entra en el sacrosanto terreno germano, adquiriendo el segundo banco nacional alemán, propiedad de la todopoderosa Munich Re.
Lo que está claro es que FG se juega su prestigio en Italia. Y los italianos están dispuestos a aprovecharse.