Sr. Director:
¿Les han preguntado a los trabajadores si quieren hacer el sacrificio de utilizar su tiempo libre en asistir a clases de catalán? ¿Han tenido en cuenta la libertad del individuo, para decidir qué quiere y qué no quiere aprender?
A esto, los sindicatos, que tanto se ocupan del bienestar del trabajador, ¿no tienen nada que objetar? Porque con esta medida, lo único que ganará será el bolsillo del empresario, que se librará de pagar las multas por el no uso del catalán en sus negocios, y nadie más.
Manuel González (Barcelona)
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