- Serán las propias entidades quienes vendan los pisos traspasados al banco tóxico SAREB.
- De esta manera al descuento efectuado habrá que añadirle los costes de ventas.
- El primer banquero en reconocerlo ha sido José María Castellano, de NCG Banco.
- Las inmobiliarias, para quien no habrá dación en pago, tampoco están por la labor.
En el galimatías del banco malo, todo conduce a que la venta masiva de pisos embargados se dilate en el tiempo y, lo que es peor, a que los precios que afrontará el consumidor final no se reducirán en exceso respecto al momento presente, donde nadie compra un piso.
Como ya adelantará Hispanidad, el precio de trasferencia de los activos tóxicos de los bancos privados hacia el banco tóxico malo rondará el 50% de media -depende del tipo de activos del que hablemos- pero ahí no acaba el problema. Porque estamos hablando de cientos de miles de inmuebles. Por ejemplo, sólo Bankia tiene 60.000 unidades (pisos, trasteros, garajes, bajos comerciales, etc.) de los que librarse. Se los van a vender al banco tóxico. Ahora bien, ¿quién los venderá luego a Juan Español? Pues los propios bancos, naturalmente, porque son los que tienen fuerza comercial para hacerlo. No las inmobiliarias, para quienes no habrá dación en pago, es decir, que han perdido sus activos pero mantiene su deuda con los bancos.
O sea, que los bancos cobrarán una comisión al banco malo por vender los pisos que le han trasferido. Y no tendrán mucha prisa, porque ya lo habrán provisionado, porque el dinero del rescate bancario tiene 15 años de vida.
El primero en decirlo ha sido el presidente de NCG Banco, José María Castellano, quien, naturalmente, da por hecho que los inmuebles del banco malo -cuyo primer ejecutivo de hecho es el subgobernador del Banco de España, Fernando Restoy (en la imagen)- serán vendidos por los bancos. Ahora bien, lo que no está claro es a qué precio.
Esto del banco malo puede acabar como el rosario de la aurora.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com