El televisor ya no es el único instrumento de ocio para la infancia es la realidad. Pero también están en su derecho, padres, educadores y telespectadores en general, de estimular unas televisiones generalistas -privadas o públicas- con espacios agradables para toda la familia.
Además, los padres tienen el derecho de exigir que las normas de protección al público infantil y adolescente sean objeto de especial atención durante los casi tres meses que estos pasan sin colegio; horas difíciles de llenar sin recurrir a la televisión.
Las asociaciones de telespectadores no criminalizan a las cadenas, al contrario, están convencidas de que a los niños les siguen atrayendo determinados programas.
En ese sentido Contraste Guía para el espectador de iCmedia anima a todas las televisiones, cualquiera que sea su sitio en el mercado, esforzarse para ser especialmente sensibles con los niños, de manera que: primero, pongan más énfasis en la calidad de los programas; y segundo, no bajen la guardia en la vigilancia de los espacios de protección reforzada (17.00 a 20.00 horas), de manera que el tiempo de verano no sirva de excusa para una mayor relajación en este buen servicio.
Porque los beneficiados son los niños y los niños son de todos, también de la televisión que les capta.
La televisión es una ventana abierta al mundo, por tanto merece la pena hacer el mayor esfuerzo porque ésta sea un atrayente en la que los niños puedan desarrollar su imaginación y observar conductas con ejemplos donde se aprendan a resolver problemas y formarse como personas.
¡Todo es posible, si se pone el mayor entusiasmo, todo, el que merecen nuestros hijos!
Elena Baeza
bzvile@gmail.com