Que la justicia humana es imperfecta todos lo sabemos con certeza pero, si no lo tenían claro, Un ciudadano ejemplar se empeña en enseñarlo siguiendo ese refrán de: la letra con sangre entra.
Una familia es asaltada en su casa por unos brutales ladrones que no sólo se llevan sus bienes materiales sino también la honra y la vida de la madre y la pequeña hija del matrimonio. Tras su detención, y con ausencia de pruebas concluyentes, el padre asiste perplejo al acuerdo favorable al que llega el fiscal con el abogado de uno de los acusados: el otro será condenado a muerte y su defendido (el más responsable de los hechos) sólo pasara cinco años en prisión. Pero, transcurrido ese tiempo, alguien decide tomarse la justicia por su mano
El arranque de Un ciudadano ejemplar cuenta con una violencia desmedida que recuerda las películas de justicieros de los años 70 y, por tanto, para el que hay que ir preparado de antemano. Posteriormente, el desarrollo se decanta por el suspense, por la caza del hombre, pero, realmente, lo único interesante de Un ciudadano ejemplar no es tanto el duelo que mantienen el fiscal del distrito con el padre de familia, un hombre totalmente desnortado tras los hechos violentos que ha sufrido en propia piel, sino la reflexión que se plantea (gracias a la ayudante del fiscal) sobre la justicia humana: que no debe utilizar ni atajos ni acuerdos cuando tiene delante a un asesino.
En los personajes principales, Jamie Foxx está correcto en su papel y algo exagerado Gerard Butler en su cometido.
Para: Los que no les importe contemplar violencia desmedida y gratuita en pantalla