Sr. Director:
Quiero hacer una crítica radical, en el sentido orteguiano y no en el meramente político del término, del proyecto de Ley Integral para la Igualdad de Trato y la No Discriminación.

 

Sería éste un loable proyecto, si realmente fuera la igualdad su propósito, pero es redundante pues en nuestro ordenamiento hay instrumentos sobrados para tal fin. Es, por desgracia, un proyecto, un programa más bien, esencial y radicalmente ideológico.

Por esa razón cito al PSOE en el título. Por esa razón y porque éste es un proyecto de parti-do. No es sólo una ley de Zapatero, ni siquiera de Pajín o Aído. Es una ley de todo el partido. Es una ley que nace de su mismo ADN: intervencionismo, ideología pura y dura, miedo a la libertad, dogmatismo, intolerancia, teoría de género, pensamiento único.
La supuesta defensa de la igualdad es sólo una coartada para limitar la libertad de expresión e ideológica de una gran parte de nuestra sociedad. Hace realidad aquella idea, magistralmente criticada por Orwell, de que "unos son más iguales que otros". Habla de no discriminación, pero ¿cree alguien que la prevista Autoridad para la Igualdad actuará ante los insultos, críticas y burlas a los católicos? ¿Piensa alguien seriamente que serán capaces de prohibir obras de teatro, exposiciones obscenas o manifestaciones públicas ofensivas contra los católicos, o blasfemas, o contrarias a la libertad de culto?

Más bien al contrario. Seguramente el señor Peces Barba, a pesar de su acreditado dogmatismo anticatólico intolerante, manifestado reiteradamente en los medios incluso con alusiones al "palo" que necesitamos los católicos para entender las cosas, jamás será molestado por la Autoridad para la Igualdad. En cambio el Big Brother estará pendiente de cualquier otra supuesta discriminación, por ejemplo, la pretendida homofobia, real o no.
Orwell escribió, para su obra "Rebelión en la Granja" un magistral prólogo, titulado "La libertad de prensa". Este texto, cambiando su título por "La libertad de expresión", podría servir como introducción a un estudio crítico del proyecto socialista. Denunciaba, ya a mediados del pasado siglo, la crisis de la libertad de expresión que suponía la imposición de una ortodoxia oficial reinante y señalaba que muchos, pretendiendo defender la democracia -vale decir la igualdad en nuestro caso- "acarrean la destrucción de todo pensamiento independiente". En efecto, "si la libertad intelectual ha sido sin duda alguna uno de los principios básicos de la civilización occidental, o no significa nada o significa que cada uno debe tener pleno derecho a decir y a imprimir lo que él cree que es la verdad, siempre que ello no impida que el resto de la comunidad tenga la posibilidad de expresarse por los mismos inequívocos caminos." Y esto es lo que pretende impedir el proyecto que criticamos: que se puedan expresar opiniones discordantes con la ideología dominante.

Vicente Morro López