Decíamos ayer que Rubalcaba y Trillo, dos conspiradores de salón, habían pactado el nombre del juez Baltasar Garzón como nuevo presidente de la Audiencia Nacional.

Pues bien, a pesar de la cortina de humo que supone la campaña del juez contra el Partido Popular, podemos insistir en que, en efecto, el acuerdo sigue en pie y, como decimos hoy, a punto de culminarse. El juez ya ha realizado su trabajo para el PSOE, pues hasta el pasado sábado, día de reflexión de las elecciones vascas y gallegas, continuaron surgieron filtraciones del número 5 sobre el caso Gürtel en dirección a El País. Por su parte, el PP confía en que en un trabajo más administrativo como es el de presidente de la Audiencia, Garzón pueda hacer lo que más le gusta, lucirse, y les deje en paz. Se trata de proporcionar un cargo administrativo y bien pagado, un detalle importante.

De paso, además, el juez estrella podrá ajustar cuentas con todos sus enemigos en la Audiencia -que no son pocos- y dispondrá de mucho tiempo libre para dedicarse a encarcelar a todos los dictadores caídos e incluso a averiguar si, después de todo, Franco ha muerto realmente, cuestión ésta sobre la que el juez alberga alguna que otra sospecha.

Rubalcaba, Trillo y Garzón: personajes ecuánimes, líderes en un país tan serio como España.

Eulogio López

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