Sr. director:
En el país donde vivo, hace tiempo ya, que un político en un alarde de progresismo manifestó públicamente que el había fumado porros y que no pasaba nada, que no tenia la más mínima importancia.
Ahora determinado político en una aparición publica, ha reiterado la necesidad de no fumar ni siquiera un porro, que seamos valientes y que la juventud diga sencillamente que no.
Durante años, el poder político ha gastado ingentes cantidades de dinero y de esfuerzo en desarrollar una clara política antinatalista mediante la creación de centros de planificación familiar, y también a través de conocidas ONG que en otros tiempos ayudaban a gente necesitada y que ahora dedican parte del presupuesto –por cierto subvenciones estatales- en efectuar campañas de preservativos y todo ello en aras de una mayor responsabilidad y, sobre todo, en virtud de un mejor clima de bienestar económico y en el logro de un goce del propio cuerpo sin consecuencias.
Ahora determinados políticos y gobernantes, pretenden modificar esa tendencia mediante incentivos económicos, intentando "comprar" el número de hijos mediante ridículas pagas mensuales a un determinado sector de la población femenina.
Está claro entonces que en mi país, los políticos son tan cambiantes que uno no sabe a que atenerse, porque lo cierto es que da la impresión que no importa el resultado de una u otra tendencia, que lo que importa es decir cosas que electoralmente funcionen.
Pues ya va siendo hora que en mi país se arme la revolución, que los matrimonios tengan los hijos que ellos mismos decidan, como consecuencia de su amor y entrega, y no del oportunismo político del momento, que los padres eduquen a sus hijos en la generosidad y en los valores, explicándoles la importancia de los vicios como la droga y de la promiscuidad, y sobre todo en la lealtad a si mismos y en la responsabilidad de las propias acciones, para ser de verdad ciudadanos libres.
Por cierto mi país se llama España.
Esteban Noguer.Orientador Familiar