Michel Marie Zanotti Sorkine es ya un fenómeno mediático en toda Francia. ¿Qué ha hecho este sacerdote para verse disputado en reportajes y entrevistas?
Quizá los cientos de conversiones gracias a un alto sentido de su vocación, realizados en una parroquia de la Marsella musulmana que iba a ser clausurada por falta de asistencia. "Es necesario que los sacerdotes estén siempre visibles y cercanos" y "llevar tantas almas a Dios como sea posible" son dos de sus lemas.
No se avergüenza de vestir sotana, de haber dejado resplandeciente su iglesia, ni de ir a buscar "clientes" a los cafés del barrio. Tampoco escatima dedicación a los feligreses confesando hasta altas horas de la noche y mantiene su parroquia casi permanentemente abierta para "facilitar el encuentro del hombre con Dios". El cuidado extremo de la liturgia eucarística, la incorporación de procesiones solemnes, de incienso y el rezo del rosario por jóvenes son otras de las innovaciones que han revitalizado tan espectacularmente esta parroquia de la Francia secularizada.
Todo un ejemplo para los sacerdotes-funcionarios que vacían las iglesias, sólo cumpliendo lo indispensable pero que nada saben del significado del sacrificio y del valor que tiene cada alma para Dios.
La práctica religiosa remontaría si cada cura imitara la entrega generosa -hecha a la medida de la llamada de Cristo- de Michel Zanotti.
Pili Montalbán