Sr. Director:
Soy sacerdote, y jamás he votado y jamás votaré al PSOE principalmente por su apoyo al aborto. Jamás he votado y jamás votaré al PP por el mismo motivo. Sé que es relativamente fácil comprender los principios permanentes de la Doctrina Social de la Iglesia y no tanto llegar a la concreción.
Nunca he entendido eso del "mal menor", aunque lo diga algún obispo. No soy experto en moral pero creo que aun sigue vigente el aforismo de que el fin no justifica los medios. Nunca se debe hacer un mal aunque sea menor para conseguir un supuesto bien. Mientras nos enfrascamos en el mal menor dejamos de hacer el bien posible, aunque sólo sea testimonial, es decir ser testigos... mártir (¿no nos debería sonar esta palabra como algo bueno a los católicos? No creo que celebremos a los mártires pensando que eran buenos chicos, idealistas ellos, pero qué poco prácticos... empeñarse en el testimonio de la verdad hasta morir... vaya, en vez de salvar la vida eligiendo el mal menor).
Tampoco creo que la abstención o el voto en blanco sea un pecado, como tantas veces parece presentarse... siempre que sea una abstención consciente y activa y no fruto de la despreocupación ni el pasotismo. Postura de algunos católicos en la vida pública que me parece incoherente: hemos de estar en las instituciones se supone que para impregnarlas del espíritu evangélico, para influir, pero como si doy testimonio claro de actuar como católico me señalan con el dedo e incluso me lo pueden hacer pasarlo mal, entonces me callo. Al final "influyo" sólo en aquello que da lo mismo ser católico que no para estar de acuerdo... entonces ¿donde queda la presunta influencia católica? ¿y la oportunidad de dar un claro testimonio de lo que se piensa según el evangelio y la recta razón? Una incógnita.
Jesús dijo a sus discípulos; "No tengáis miedo" . Pues eso a ser menos pragmáticos y más evangélicos, también en el voto o en la abstención. Al final de cuentas la historia no está totalmente en nuestras manos sino en las de quien es su Señor: Jesucristo, a quien sea el honor, la gloria y la alabanza por los siglos de los siglos. Amén.
Carlos Mauricio Castelló Escrig
carlosmce@gmail.com