Las religiosas Dominicas de la Presentación se han visto obligadas a abandonar, por el momento, Mosul para trasladarse en Siria y Jordania, pues su vida corre peligro, según informa el servicio de las comunidades religiosas en Roma.

En un comunicado del que informa Vidimus Dominum, las religiosas afirman que para salvar sus vidas han tenido que dejar las propiedades, ya que, desde el punto de vista logístico, el convento está colocado entre la base del ejército de los Estados Unidos y el cuartel general de quienes se han levantado en armas contra su presencia.

En Mosul fue secuestrado por una horas entre el 17 y el 18 de enero el arzobispo siro-católico Basile Georges Casmoussa.

La Congregación tiene siete comunidades en Iraq, con un total de 40 religiosas que trabajan en la educación, en la salud con el hospital San Rafael de Bagdad, y a favor de los menores con un centro de recuperación para jóvenes.

ZENIT.org