Cuenta Víctor Frankl en El hombre en busca de sentido, que los presos de Auschwitz tenían terror a tomar cualquier tipo de iniciativa, aunque fuera la más pequeña, porque ésta le podía hacer perder la vida. En resumen, tenían miedo a la libertad.
En los últimos días hemos celebrado que en Galicia se aprueben unas leyes para ayudar a las gallegas en circunstancias difíciles a afrontar sus embarazos. Esta ley, que apoyará a muchas gallegas, emana de una iniciativa del pueblo que contempla cómo en nuestro país se está inclinando la balanza hacia el mal llamado derecho al aborto y se está despojando a las mujeres de su incuestionable derecho a la maternidad.
En este caso, esta iniciativa, al contrario de las que relata Frankl, servirá para salvar muchas vidas y para que muchas madres en vez de arrastrar durante toda la vida un síndrome post-aborto, puedan sentirse orgullosas de haber sacado adelante a su hijo en difíciles circunstancias y con total libertad.
Esta medida del Gobierno gallego, en vez de congratular a todos, resulta que en determinados sectores políticos mal llamados progresistas ha sentado mal. Y como son fieles mercenarios de sus ideologías y consignas de laboratorio no pueden tomar individualmente la iniciativa de darle el visto bueno porque en ello les va el puesto. Es decir, tienen miedo a la libertad.
Viky Blasco López