Sr. Director:

Ayer la vicepresidenta De La Vega, en una conferencia ofrecida en Bilbao, afirmaba: "que el Estado debe reivindicar su autonomía frente a cualquier religión o iglesia y exigir la no confusión entre ambas esferas". "Hacerlo así es fundamental para organizar la convivencia en una sociedad plural y diversa".

Por supuesto que la señora Mª Teresa no se refería al Islam, sino a la religión católica a la que pretendió acusar de irracional para así justificar su exclusión de la vida pública.

La Iglesia defiende la vida de la concepción hasta su muerte natural, cuando defiende la familia basada en el matrimonio entre hombre y mujer y cuando defiende la libertad de educación, no sostiene concepciones ajenas a la razón, sino que contribuye a mantener viva la razón en el ámbito público.

Como ha dicho Benedicto XVI en su magnífico discurso a la Universidad de La Sapienza, la Iglesia es una comunidad que custodia un tesoro de conocimiento y de experiencia ética, que resulta importante para toda la humanidad. La voz de la Iglesia expresa una razón ética decisiva para conformar la opinión pública, más aún en un país como España en el que la tradición católica sigue siendo mayoritaria, aunque eso disguste al Gobierno.

Por eso, a este Gobierno que sólo tiene en mente intereses personales o partidistas, comprender posturas distintas le resulta muy difícil o casi imposible.

Rita Villena

ritavillena@terra.es