- Merkel insiste en crear salvadores nacionales.
- Con ello, retrasa, también la inspección única de bancos en Europa.
- Al tiempo que mantiene el desastre de los bancos regionales alemanes.
- Y lo más importante: la fijación del límite automático (100.000 euros por depositante) también queda en el aire.
La reunión del Eurogrupo en Vilna (Lituania) donde se quería dar un paso definitivo para la unión bancaria ha topado, una vez más, con el egoísmo alemán, un país sumido ahora, encima, en elecciones generales.
Angela Merkel (en la imagen) no está dispuesta a cometer errores por los que el insolidario nacionalismo germano puede poner en peligro su relección.
De entrada, los alemanes insisten en crear salvadores nacionales para bancos en crisis, a pesa de que los rescates bancarios paneuropeos, por ejemplo el español, ha resultado más caro los prestatarios, esto es, para los españoles.
En cualquier caso, se retiene el inspector único bancario paneuropeo porque los alemanes no quieren un fondo común de salvamento sino fondos nacionales. Es decir, exactamente lo que ocurre ahora.
Y lo más importante, aunque la norma está vigente en muchos países no se podrá europeizar, para los 17 miembros del euro o los 27 de la Unión, el consenso sobre quiebras bancarias: que los depositantes cobren 100.000 euros por cuenta y que los inversores de todo tipo paguen, al menos con una quita, por haber decidido de forma errónea o por confiar en el banco o gestor que no debían.
Con el egoísmo alemán resulta muy difícil construir Europa.
Eulogio López
eulogio@hispanidad.com