Los estudiantes recién matriculados en las universidades estadounidenses no tienen reparos en admitir que buscan oportunidades para crecer espiritualmente. Pero a medida que avanza el curso, se lamentan de que las facultades no dan respuestas significativas al sentido de la vida o que sus profesores no fomentan la discusión sobre temas religiosos. Ante tal sequía, es comprensible que muchos se matriculen en cursos de religión o vivan en residencias que prestan atención a cuestiones de fe. A menudo estos estudiantes fueron educados por padres que no les transmitieron una educación religiosa, pero cuando se tropiezan con las dificultades en la universidad, "buscan respuestas a las cuestiones importantes de la vida", informa The New York Times. Anthony Kronman, ex decano de la Facultad de Derecho de Yale, comenta que las universidades han expulsado de sus aulas la más importante cuestión que una persona puede preguntarse: de qué debe uno preocuparse y por qué. Para remediarlo, varias universidades forman profesorado para ayudar a los estudiantes a adentrarse en reflexiones más profundas sobre las cuestiones fundamentales. La Universidad Estatal de Florida enseña a sus profesores a compaginar lo académico con la atención a los intereses en temas espirituales de los alumnos. La Carnegie Mellon tiene un programa para animar a los universitarios que viven en residencias a explorar las grandes cuestiones sobre el sentido de la vida y el éxito, en colaboración con el profesorado. Harvard incluye en 1º una asignatura obligatoria para paliar la grave incultura religiosa. Y la Universidad Miami de Ohio invita a estudiantes de 2º a participar en grupos que se centran en la búsqueda de sentido de la vida. Todos estos ejemplos reflejan la necesidad de encontrar un lugar en el ámbito académico para las inquietudes de millones de jóvenes espiritualmente sedientos, asegura Christian Science Monitor. CLEMENTE FERRER ROSELLÓ clementeferrer@yahoo.es
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Universitarios sedientos de fe
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