Alfredo Urdaci, ex director de los Servicios Informativos de RTVE, se convirtió en la diana de todos los odios socialistas en la oposición. En la transición del PP al PSOE fue objeto del mayor linchamiento, que yo recuerdo, a un periodista. Todo ello inspirado por el propio Rodríguez Zapatero, que siempre ha sentido obsesión por Urdaci desde que aquel fuera el director de la campaña de Rosa Díez, como relata Urdaci ene. Último número de la revista Época, aunque lo hace de forma muy sucinta. En otras palabras, la labor de Zapatero como director de campaña electoral en aquel momento da para mucho más.

Pues bien, ¿saben lo que les digo? Que Urdaci es un pichón. Al lado de los periodistas del PSOE, del nuevo director de Informativos, Fran Llorente, y de su alter ego, el presentador de la segunda edición (la de más audiencia), Lorenzo Milá, el bueno de Alfredo es un ingenuo novato al que los más misericordiosos le pasan la mano por el lomo, con un gesto de conmiseración. Un mindundi, este pobre diablo.

Quien quiera conocer la obra maestra de la manipulación zapateril no tiene más que repasar el vídeo del telediario de mayor audiencia de RTVE (la televisión pública española, para nuestros amigos hispanos), correspondiente al lunes 20 de septiembre. Doce minutos, doce, al comienzo, oiga usted, donde, todavía no sé cómo, se fundían las imágenes y palabras de Zapatero y señora en la zona cero de Nueva York, con imágenes de negros hambrientos, Jacques Chirac, ese gran filántropo, la Asamblea de Naciones Unidas, Kofi Annan, una aldea de Brasil, el párroco de la susodicha aldea y un aldeano que daba gracias al Dios del Cielo y a nuestro presidente de la tierra (no piensen mal, nuestro buen campesino hablaba de Lula, no de ZP). Añadan a esto unos condimentos de ONG (naturalmente, humanitarismo laic Oxfam y Ayuda en Acción), y nuevamente Zapatero explicando que hay que cambiar el mundo. Todo ello guisado por el precitado Lorenzo Milá, cuyos ojos entreabiertos colaboraban mucho a enardecer los sentimientos y a lanzar el mensaje-objetiv Señoras y señores: sólo el gran Zapatero puede salvar al mundo de la pobreza. Y todo ello lo hubiera soportado sin la menor arcada, si no fuera por la utilización reiterada de esos niños-calavera, de Sudán y otros punto se África y Asia, no para mover a compasión a los más egoístas, sino simplemente para marcar las diferencias entre el belicista Aznar y el grandioso Zapatero, quien, en compañía de sus amigos Lula, Chirac y Kofi Annan, va a salvar al mundo de la miseria.

Insisto, doce minutos (la información no deportiva suele durar 30 minutos) para cantar las loas de un presidente utilizando las imágenes más impactantes de la biblioteca del Ente público, con lo que dichas loas al presidente se llevaron el 40% del telediario. Urdaci: eras un pardillo. Aprende de Fran Llorente y Lorenzo Milá.

Naturalmente, todo se centró en el famoso 0,7% de dinero dedicado al desarrollo. Lo cierto es que Zapatero ha prometido ese 0,7% del PNB para dentro de 8 años. Y no menos cierto es que la ayuda pública al desarrollo no tiene por qué servir al desarrollo de los pobres, entre otras cosas porque se canaliza a través de ONG que, como es sabido, son un tipo de instituciones a las que les sobra la n, dado que viven del erario público y, en muchas ocasiones, no dedican sus esfuerzos a combatir la miseria, sino a hacer proselitismo de sus ideas o a seguir el primer mandamiento de Naciones Unidas sobre el Desarroll para acabar con la pobreza hay que terminar con los pobres antes de que nazcan.

Porque esa es otra: el más peligroso del quinteto contra el hambre, al que se acaba de sumar Zapatero, es el secretario general de Naciones Unidas.

Y lo mismo ocurre con ese impuesto universal que se quiere establecer para combatir el hambre. Impuesto sobre el tráfico de armas o sobre las operaciones financieras (la famosa Tasa Tobin). Eso es magnífico. Aplaudo con las dos manos una tasa que grave la especulación financiera no sólo en el mercado de divisas, sino también en el mercado de deuda y en el de renta variable. Ahora bien, ¿quién administra el dinero recaudado? ¿Naciones Unidas? Entones no, gracias, ya sé en qué lo va a utilizar.

Si realmente Zapatero quiere solucionar el hambre en el mundo, lo primero que tiene que hacer es abrir las fronteras a los inmigrantes que huyen del hambre. Lo segundo, ayudar a los pobres a alimentar y educar a sus hijos, no a que no tengan hijos.

¿Y cómo lo venderían Fran y Lorenzo?: El premio Nobel de la Paz para Zapatero, ¡ya mismo!

Urdaci: retírate. Como la progresía socialista, no manipula nadie.

Eulogio López