Es como si el subcontinente, gracias a la influencia histórica de la Iglesia, se les resistiera, y eso no pueden soportarlo.
Ahora es Uruguay quien prepara la norma para que las parejas homosexuales puedan adoptar niños. ¡Pobres críos! Resuena en los oídos el grito de Rodríguez Ibarra, ese socialista español sincero cuando aseguraba que no creía en la adopción de chavales por parejas homosexuales porque "yo no busco niños para las parejas, sino parejas para los niños".
Esperemos que el presidente Tabaré Vázquez detenga el nuevo adefesio legal uruguayo, el país más laicista de todo el subcontinente, creado por masones (bueno, lo mismo que Estados Unidos) y que ahora exhibe uno de sus rostros más feos.
Eulogio López
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