Después de que se permitiera usar marihuana con fines terapéuticos en algunos estados norteamericanos, otros han dado un paso más.
Colorado (desde el principio de este año) y Washington (a partir del próximo 1 de julio) han autorizado la venta para consumo por placer, con regulaciones similares a las de las bebidas alcohólicas.
A medida que aumenta la tolerancia y se consume más abiertamente, el cannabis gana buena fama. Una encuesta encargada por el Instituto Nacional sobre Drogas (NIDA), dependiente del gobierno federal, descubrió el año pasado que el 60% de los alumnos de último curso de secundaria (17-18 años) creen que la marihuana no es dañina. Eso es un error, según ha vuelto a advertir un trabajo publicado en el New England Journal of Medicine por investigadores del NIDA.
Los autores revisan los estudios existentes sobre los efectos del cannabis, y concluyen que están bien documentados y que algunos son claramente perjudiciales. Dificulta la coordinación motriz, lo que resulta particularmente peligroso cuando se maneja un vehículo. Disminuye la memoria inmediata, de suerte que hace costoso adquirir y retener informaciones nuevas: este efecto dura varios días después del consumo. No estaría mal que aquí también tengamos en cuenta estas conclusiones.
Jesús Martínez Madrid