Sr. Director:
Las miradas se han dirigido hacia nombres destacados como Carod-Rovira y su hermano Apeles, "embajador" con buen sueldo en París; a Ernest Benach, conocido por su tendencia al lujo y al derroche; a Jaume Gilabert, presidente de la diputación leridana envuelto siempre en la polémica y a Joan Carretero, que estuvo cobrando como director de un hospital que ni siquiera existía en la realidad.
La verdad es que Puigcercós tiene razón: en su partido hay demasiados dirigentes que son vagos o frikis o trepas. Incluso algunos lo son todo a la vez.
José Aparicio
japaricioc@gmail.com