Valenciano representa el rostro más duro del modo de hacer política de su mentor, Alfredo Pérez Rubalcaba, quien espera el resultado de las europeas para mover ficha.
Como ya se ha podido comprobar en las primeras declaraciones como candidata socialista, su discurso representa al PSOE con más carga ideológica y al más imbuido de radicalismo cultural.
La defensa del derecho al aborto y un trasnochado laicismo van a configurar su campaña, y por supuesto, el grupo socialista español en Estrasburgo será de los más activos en la agenda de la ingeniería social europea, siempre más cercana a algunos lobbys que al sentir mayoritario de los ciudadanos.
En los últimos años Valenciano se ha caracterizado más por la agitación política que por la capacidad de consenso al servicio de las grandes reformas que hagan viable nuestro sistema de bienestar. Pero su campaña electoral no ha comenzado con buen pie.
La jugada que había preparado con la iniciativa del PSOE del voto secreto sobre la ley de defensa del concebido, que pretendía romper la unidad de los diputados del Partido Popular, le ha salido al revés de como tenía previsto. Un curioso aviso para navegantes.
JDM