Sr. Director:

La batalla contra el aborto y la eugenesia no es una contienda ética ni de una disputa sobre los valores morales.

La batalla que se libra en torno a la familia, al amor, al matrimonio, al vínculo entre placer unitivo y el don de uno mismo, entre el eros y el ágape, es la gran batalla sobre el futuro de la humanidad, sobre el poder del buen humor y de la paz cristiana contra la lógica de guerra super "hombrista" y "transhumanista" de la civilización occidental en la hora de su debilidad y de su resignación a la nada.

Y es que son preocupantes las ideas del Gobierno, especialmente de su presidente, sobre matrimonio y familia, la concepción de lo que es la identidad de género y la filosofía sobre un poder democrático únicamente procesal basado únicamente sobre los números, es una "negación de un racionalismo laico y moderno, como una superstición democrática capaz de promover horrores como la reforma del Código Civil que ha eliminado el concepto de padre y de madre del derecho de familia".

Creo que es importante recordar, en este sentido, que hay valores no sujetos a mayorías y si indisolublemente están unidos a la dignidad del hombre, entre ellos, el respeto a la vida en todas sus manifestaciones. No olvidemos que la vida es un bien precioso, sagrado e inviolable.

Jesús Domingo Martínez

jdmbanyos115@gmail.com