Oiga, y un trabajo estable. Pero no les ha gustado que Esperanza Aguirre les baje el sueldo y han decidido fastidiar a seis millones de ciudadanos en una megaurbe como Madrid es decir, allí donde más puede fastidiarles, que es en el transporte y la movilidad.
Naturalmente lo han hecho a la fuerza. Y así, los mismos sindicatos mayoritarios que piden diálogo y concertación lo rompen a tortazos cuando les conviene.
Pero para mí que les va a durar poco. Las colas de esta mañana en Madrid han generado tal cabreo ciudadano que CCOO y UGT harían bien en pensárselo dos veces. Y no se trata de que alguien se haya vuelto anti-sindical, lo que se ha vuelto es anti-CCOO y anti-UGT. Al parecer, no les gusta que paren Madrid. Sobre todo, a los que viven y trabajan en Madrid.
Si mañana Aguirre -Gallardón no hará, desde luego- promueve sanciones -despidos no es posible, pero debería serlo-. Contra los sindicalistas más salvajes, los madrileños aplaudirían.
Eulogio López
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