El informe de Deloitte demuestra que la compañía de Javier Tallada está abocada a ampliar capital o a disolverse

La auditora Deloitte ha propinado un fuerte varapalo a la compañía que controla Javier Tallada, Avanzit, que pretende convertirse en uno de las grandes productoras audiovisuales españolas. Duda Deloitte –y es el segundo ejercicio en el que duda-, de que el grupo pueda generar los beneficios suficientes para aplicar esa licencia fiscal pero pérdidas anteriores. Una compañía que ha ganado 11 millones de euros en 2005 y 15 en 2006 es difícil que consiga 350 millones de excedentes durante los últimos años (en principio 7 años como máximo en todo el proceso).

En balance figuran 100 millones de euros (200-105 5, que se han reconocido este año por la incorporación de nuevas compañías al grupo) de créditos fiscales sobre los que el auditor sigue teniendo dudas pues afirma que su recuperabilidad depende de "la materialización de determinadas operaciones corporativas en curso, no perfeccionadas a la fecha de este informe" (último párrafo del punto 3 del Informe de auditoría).

Para no realizar el ajuste contra resultados, los chicos de Avanzit se acogen al principio de Imagen Fiel pero eso no es lo que dicen las nuevas normas internacionales de contabilidad (NIC).

Lo importante es saber si los 100 millones que aun figuran en balance son recuperables porque, de no serlo, el grupo consolidado pasaría de unos recursos propios de 118 millones a 18 millones. Los recursos propios de Avanzit ya están por debajo de los 2/3 de la cifra de capital, lo que obliga a una ampliación de capital, a sanear o a la disolución.