Los Hospitales de San Pablo de Barcelona y el Hospital General de Granollers notificaron haber realizado abortos en 2009.
El Vaticano no ha podido seguir guardando silencio ante los problemas que se están dando en Barcelona en relación a varios hospitales catalanes en cuya dirección participa la Iglesia y que notificaron en 2009 haber realizado abortos. Ante el clamor popular que pide a los representantes de la Iglesia local que o dejen de permitir esas prácticas o que abandonen la dirección, el Pontificio Consejo para los Agentes Sociales ha querido reclamar la atención ante esta situación.
En 2009 los Hospitales de San Pablo de Barcelona y el Hospital General de Granollers notificaron haber realizado abortos. Y pese a que tanto desde los arzobispados de Barcelona y Terrassa se han manifestado en favor de la vida y han solicitado que se dejen de practicar abortos, todavía no se han tomado medidas para frenarlos. Y es que en los patronatos de esos hospitales se encuentran representados tanto los arzobispados, como ayuntamientos o la Generalitat, con la dificultad que eso conlleva a la hora de llegar a acuerdos.
Por desgracia, las leyes (Ley Orgánica de Salud Sexual y Reproductiva y de la Interrupción Voluntaria del Embarazo), afirman que "la prestación sanitaria de la interrupción voluntaria del embarazo se realizará en centros de la red sanitaria pública o vinculados a la misma", y sólo prevé la objeción de conciencia para las personas individuales y no los centros. Y estos dos hospitales se encuentran dentro de la red sanitaria pública. Ante esta situación sólo queda o seguir negándose como centro hasta donde se pueda, o retirarse, con lo que eso implica de reducir la envergadura de los hospitales.
Ante esta situación, la Asociación Cruz de San Andrés, por ejemplo, ha convocado una concentración a las puertas del Hospital de San Pablo de Barcelona en defensa de los niños no nacidos.
Juan María Piñero
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