Dicen algunos -y lo repite la ministra Aído- que la píldora del día siguiente no es abortiva. Tampoco en los frecuentes casos en que la píldora provoca la muerte del óvulo ya fecundado.
Esto supone afirmar que un embrión humano no es nada relevante. Ya se deducía que era cosa de nada cuando se empezó por congelarlos y se pasó después a autorizar la experimentación con ellos.
Pero si un embrión no es nada ¿qué problema hay en ponerlos a la venta en la sección de congelados de parafarmacias en las grandes superficies? ¿Por qué no se permite seleccionarlos para elegir no sólo salud del hijo, sino también su color del pelo o de ojos, o su constitución? ¿Y la clonación? ¿A quién le importa que se clone algo que casi no es nada?
Pero no sólo el embrión no es nada Los pocos ingenuos que quedaban haciendo distingos entre embrión y feto, se caerán del guindo cuando vean que según esa misma ley, un feto de 13 semanas tampoco es nada.
Con la nueva normativa, los derechos del ser humano en el seno materno durante sus 14 primeras semanas de vida, se reducen a uno sólo: Tiene derecho a vivir los 3 días de reflexión desde que su madre pide abortar hasta que se ejecute el aborto.
Que el pobre disfrute su corta vida.
Santiago Chiva de Agustín
santiago.chiva@gmail.com