"Que bochorno papi", cierto que es una frase cursi, pero he de reconocer que es lo que he pensado cuando me he enterado del episodio de la inversión china de 9.000 millones en las cajas, una noticia bochornosa que ha empañado el viaje de Rodríguez Zapatero.
No parece muy presentable que nos hayamos enterado por Pekín del grave error del Gobierno al dar por hecha una inversión que está en el aire y atribuirla a un fondo equivocado.
Las prisas propagandísticas no son buenas consejeras y tienen las piernas muy cortas. Triste imagen la que hemos dado, no sólo a los chinos sino también a toda la sociedad internacional, especialmente a la financiera.
Valentín Abelenda Carrillo