Verizon es ahora, sin discusión alguna, la mayor compañía de telefonía de Estados Unidos, tras la compra de Worldcom. Una compra que, por otra parte, marca las líneas maestras de la economía actual y del nunca detenido proceso de concentración empresarial. Al menos, en dos vertientes. Por una parte, Verizon ha pagado 5.900 millones de euros por MCI, y lo ha dejado claro desde el primer momento : la gran ventaja de la absorción consiste en despedir a 7.000 trabajadores. Las ganancias de productividad en la economía actual continúan consiguiéndose a costa de precarizar el empleo, es decir, despidos o externalizaciones. Es decir, una operación de crecimiento a costa de los trabajadores.
La segunda pauta es la forma de pago elegida, que tiene mucho que ver con el apalancamiento, el fenómeno más habitual de la economía actual. Esos 5.900 millones de euros suponen 7.628 millones de dólares, que se desglosan del siguiente modo : 4.850 millones se pagan en acciones, 1.338 millones en efectivo y, atención, 1.440 millones en dividendos extraordinarios, es decir, utilizando desvalorizando los activos adquiridos.
En definitiva, el factor dilutivo sobre el precio de la acción de la sociedad resultante será, como siempre, muy superior al que auguran las casas de bolsa y bancos de inversión contratados por comprador y vendedor. Alguien debería pensar alguna vez cómo es posible que nos tomemos en serio los análisis y las valoraciones de unos bancos de inversión que han sido contratados por las partes interesadas y que, además, no sobrevivirían si no se dieran este tipo de operaciones. Naturalmente, todos ellos afirmarán, sin ruborizarse, que la acción no se depreciará en modo alguno, aunque la realidad se encargue de refutarles pasados unos meses.
Pero es que, además, hay apalancamiento por cuanto se paga la fusión con dividendos extraordinarios... que son posibles gracias al crecimiento exponencial que supone una fusión, cuando no con cargo a los activos comprados. En otras palabras, pago lo comprado disminuyendo el patrimonio de la empresa: pierde el de siempre, el accionista.
Es decir, la compra de MCI por Verizon es una operación de crecimiento acelerado, a costa de los accionistas, a costa del propietario. Nunca como ahora, en sublime paradoja y por mor de los mercados financieros, el capitalismo ha atentado contra la propiedad privada, principio en el que presuntamente se funda el sistema.
En resumen, una operación de crecimiento contra el propietario.