- El dueño de OHL se convierte, como estaba previsto, en primer accionista de la inmobiliaria sin lanzar OPA.
- El empresario ha invertido 310 millones de euros en la ampliación de capital.
- La semana pasada fue elegido consejero dominical y vicepresidente de la compañía.
- Las inmobiliarias españolas intentan reinventarse, tras el castañazo que se dieron con el 'boom' del ladrillo.
- Mientras unas intentan imitar a Colonial, otras negocian con los bancos cambiar deuda por activos.
El presidente de OHL, Juan Miguel Villar Mir (en la imagen) se consolida en Colonial, tras acudir a la ampliación de capital de la inmobiliaria, donde ha invertido 310 millones de euros. Una ampliación que se ha efectuado sin lanzar una OPA, como ya adelantó Hispanidad.
De esta manera Villar Mir se ha convertido en el primer accionista de Colonial, pues se ha hecho con el 24,4% de su capital social, es decir, con un paquete de 773,83 millones de títulos. Una cantidad que, según su cotización actual en bolsa, está valorada en unos 440 millones de euros.
Hay que recordar que en sólo siete días el dueño de OHL ha mejorado notablemente su posición en Colonial. Si la semana pasada entró en el consejo de administración de la inmobiliaria, ya que fue nombrado consejero dominical y vicepresidente, ahora se ha convertido en su principal accionista.
Junto a Villar Mir los principales socios de la inmobiliaria de Juan José Bruguera son: el fondo soberano de Qatar (posee el 13,1% de las acciones), una muestra de que la 'Qatar-dependencia' se ha instalado también en la compañía; el fondo Coral Partners (9,4%), el grupo colombiano Santo Domingo (7,5%) y el banco de Andorra MoraBank (7,05%).
Pero la estrategia de Colonial puede ser un modelo para el resto de inmobiliarias, que surgieron con el 'boom' del sector, se hundieron con su crisis e intentan remar para salir pronto de la UVI y recuperarse. Pero no se puede obviar que en nuestro país el mercado inmobiliario sigue sin arrancar, pues hay un gran stock de viviendas sin venderse, que ahora atraen el interés de los fondos buitre, los cuales sólo compran inmuebles para invertirlos en bolsa. Esto permite hablar de una segunda burbuja, pero financiera, que seguramente se hará más grande porque los pisos son más baratos, y es que nuestro país se ha convertido en una ganga.
Además muchos bancos se convirtieron en los dueños de varias inmobiliarias, debido a que eran sus acreedores, pues estas empresas les adeudaban grandes cantidades de dinero. Tal es el caso de Metrovacesa, que ahora quiere reducir su deuda y su tamaño, para ello necesita algún comprador de parte del negocio o de algún inversor que se convierta en accionista. Alguien que imitara a Villar Mir y su estrategia en Colonial, que supusiese una fuerte inyección de dinero, algo que también busca Realia.
Pero otras no buscan nuevos accionistas, sino que tienen sus esperanzas puestas en llegar a un acuerdo con los bancos para que se queden con sus activos inmobiliarios a cambio de reducir su deuda, como es el caso de Martinsa Fadesa y Reyal Urbis. Esta última se encuentra en concurso de acreedores y también en ERE -con el que reduce a la mitad su plantilla-, pero a su presidente, Rafael Santamaría, parece preocuparle poco la situación de su inmobiliaria, pues cobra 1,3 millones de euros.
Cristina Martín
cristina@hispanidad.com