Sr. Director:
Con motivo de
la Jornada por
la Familia en Madrid el pasado 30 de Diciembre, leí: "La familia es una de las formas permanentes de la vida humana, cimiento de la sociedad, crisol donde se forjan las líneas maestras del carácter, lugar de las relaciones sexuales plenas y de la realización espiritual de la pareja. La familia es una forma consustancial de la vida humana." Y que con motivo de
la Jornada que tendrá lugar en Barcelona el próximo domingo me ha parecido conveniente recordarlo. Precisamente por eso, por ser un espacio que posibilita el crecer en libertad, en valores sólidos, en espíritu crítico, se intenta debilitarla desde diversos frentes y con distintas armas. Hay varios síntomas de una enfermedad maligna que amenaza a toda una sociedad; más aún, a toda una civilización, famélica de valores éticos, que se bambolea sobre cimientos carcomidos por un subjetivismo relativista que prolifera en toda suerte de sutiles y agresivas especies.
Pero, a pesar de los agoreros, la familia superará esta crisis, está superándola ya, dos millones en la concentración de Madrid es un hecho, porque la historia nos enseña que siempre renace de sus cenizas, que es la institución que ha sobrevivido al mayor número dé calamidades posibles. Cuando no queden ni los ecos de las voces que anuncian su destrucción, la familia seguirá intentando hacer personas libres de los niños que trajo al mundo.
El progreso no es tal si va contra la familia. Todo lo contrario, es el puesto qué ocupa la familia en un programa o proyecto lo que autoriza a éste a darse tal calificativo. Lo contrario es demagogia, intolerancia y fundamentalismo sin fundamento.
Valentín Abelenda Carrillo
vabelcarro@gmail.com