Sr. Director:
He seguido de cerca, gracias a algunos medios de comunicación, la tragedia aérea ocurrida en Madrid y que ha sumido en el luto a centenares de familias y en consternación a todos los españoles.

Esperemos que la investigación en marcha aclare un día la influencia que factores coyunturales hayan podido tener en la horrible tragedia.

Pero, quiero destacar la extraordinaria capacidad de respuesta de todos los servicios de emergencia madrileños para rescatar a las víctimas de los escombros carbonizados del avión y, posteriormente, atender a sus familiares.

Del mismo modo hay que destacar la prontitud con que el arzobispado de Madrid movilizó a todos los servicios eclesiales para ofrecer su cercanía y ayuda espiritual a cuantos se han visto afectados por la tragedia, al tiempo que ofrecían las misas vespertinas en sufragio por las víctimas.

Los medios de comunicación públicos nos hablaban de la asistencia de forenses, psicólogos y psiquiatras, pero no de los servicios eclesiales católicos, no sé porqué.

Con estas líneas quiero mostrar mi reconocimiento a estos servicios espirituales que para muchos, en circunstancias tan graves como estas, son tan o más importantes que los materiales.

Jesús Domingo Martínez

jesusdomingo125@gmail.com