La televisión de pago se parece a la telefonía, apunta el presidente de Sogecable, Rodolfo Martín Villa. A pesar de todo, los 1.800 millones suponen tres veces la cotización de la matriz, PRISA, cuya capitalización asciende a 614 millones de euros. Una prima de oportunidad ya elevada, a pesar de que los Polanco y los Cebrián pidieran 5.000 millones por su monopolio de TV de pago. Todo para ocultar la triste realidad de que PRISA está en quiebra técnica. La espantada de Murdoch ha constituido la venganza de Aznar.
La pelota esté en el tejado de Vivendi y Telefónica. ¿Por qué? Porque no hay más posibilidades. En la mañana de este lunes le preguntaban al presidente de Sogecable, Rodolfo Martín Villa sobre si el futuro de Digital pasaba por Telefónica. Martín Villa no se encontraba muy cómodo con la pregunta, así que decide responder con una evasiva: No tengo los detalles, pero si los tuviera tendría obligación de no hablar.
Sin embargo, posteriormente empieza a desembuchar. Este viernes 5 se celebra junta general de accionistas de Sogecable. Será entonces cuando PRISA absorbe a Sogecable. La decisión estratégica será quedarse con la TV en abierto que se parece bastante a los periódicos; en paralelo, la estrategia pasa por desprenderse de la televisión de pago que tiene cierto paralelismo con el teléfono.
La verdad es que no es fácil entender la relación existente entre la televisión de pago y el teléfono. En realidad, no existe. Pero Martín Villa ahí lo deja. Por algo será. Y es que todos están empeñados en que sea Telefónica quien saque las castañas del fuego de unas deudas que les comen por los pies. Algunos llegan a pensar que la teleoperadora española no tiene límite, goza de un músculo financiero del que los amigos del Gobierno deben y pueden chupar.
Pero Vivendi y Telefónica ya han dejado claras un par de cosas. Tras pedir informes a los bancos de inversión, ya han señalado que no van a comprar Digital por más de 1.800 millones de euros. Es muy poco en comparación con los 5.000 millones exigidos inicialmente por Juan Luis Cebrián. Pero es mucho si tenemos en cuenta que la capitalización de la matriz, PRISA, asciende a 614 millones de euros. Es decir, el triple por la filial, por aquello de la prima de oportunidad. O así. Y de paso, muere la oferta de Murdoch, una especie de venganza de Aznar con algunos años de retraso. Ya saben, mejor en plato frío.
La segunda derivada es que Telefónica en ningún caso acudirá en solitario. La operación se hará de la mano de Vivendi o no se hará. El último fleco tiene que ver con la deuda. Vivendi-Telefónica quieren comprar sin deuda. Y aquí está la discusión, porque los Cebrián que en el mundo son quieren colocarle el pastel plagado de marrones. No hay trato. Alierta quiere la 'cosa' limpia. Y ya está bien, que 1.800 millones de euros es el triple que el coste de la matriz.
Con esto no se soluciona el problema de PRISA que tiene 5.000 millones de euros de deuda. No se soluciona, pero se alivia. Es el mismo caso de Sacyr. La venta de Itínere permite salvar los muebles de momento. La venta de Digital también oxigenaría. No Soluciona. Pero Telefónica no está para solventar los problemas de los amigos del Gobierno. ¿O ya no son amigos? Cebrián es cada día menos reconocido en Moncloa. Y De la Vega, la interlocutora, está en horas bajas. Así que las cosas se le ponen feas a un grupo dividido entre los que quieren seguir con el negocio (Cebrián, Ignacio Polanco y Díaz Polanco) y los que aspiran a convertirse en rentistas (el 'viudo', Manuel Polanco y Pancho Pérez). Definitivamente, desde que no está D. Jesús, nada es igual.
Lo cierto es que el grupo PRISA está en quiebra técnica asolado por una deuda impagable de 6 mil millones de euros, pero se niega a reconocer su situación. En este sentido, vean la interesante información de PrNoticias de la pugna entre El País y El Mundo.