• Pedro Sánchez, Eduardo Madina y Pérez Tapias dejaron una imagen desmayada, en un debate hueco.
  • Los tres candidatos emplearon parte de su tiempo en repetir todos los nombres y hasta los adjetivos en masculino y femenino.
  • Eduardo Madina solicitó un PSOE "junto"... y probablemente revuelto. El portavoz parlamentario no encontró la palabra 'unido'.
  • Eso sí, aseguró conocer "el corazón, el alma y el cuerpo" del PSOE. Nos imaginamos que el cuerpo de las militantes, que no de las 'militantas'.
  • Sánchez dejó al lado el atril que escondía su figura.
  • Madina y Sánchez son republicanos pero no piden un referéndum por la República. A punto estuvo de pedirlo Pérez Tapias (los tres en la imagen) pero le daba vergüenza. Tres republicanos que no quieren modificar la monarquía.
  • Corrupción: dimisión de todo cargo público a la apertura de juicio oral. Pero Tapias fue más allá: con imputación basta para exigir la dimisión.
  • Los tres quieren cambiar la Constitución pero ninguno dice cómo y con qué alcance. Salvo la 'federalidad', que ya existe.
  • Sánchez: los ministros no deben acabar en los consejos de administración de eléctricas y telecos. Criticaba, sin citar nombres, casos como el de Pedro Solbes, Elena Salgado, etc.
  • Los tres de la troika batallaron por presentarse como más feminista que el de al lado, pero no había ninguna mujer candidata.

¡Vuelve, Felipe! Es lo único que se me ocurre tras contemplar el debate de los tres candidatos a la Secretaría General del PSOE como sustitutos de Rubalcaba: Eduardo Madina, Pedro Sánchez y José Antonio Pérez Tapias.

Los tres compitieron en un concurso colectivo por ser lo más políticamente correcto: feministas -aunque no hay ninguna mujer candidata-, abortistas y anticlericales: hay que derogar el Concordato y acabar con los privilegios fiscales de los curas-, catalanistas pero contrarios al referéndum (salvo Pérez tapias, que lo acepta con carácter consultivo. Para qué sirve un referéndum que no sirve para nada es un misterio que Tapias sabrá resolver.

Los tres candidatos perdieron muchísimo tiempo en empelar, siempre, sin excepción, los géneros masculino y femenino, lo que demuestra su gran respeto a la mujer:

"Compañeros y compañeros", "todos y todos", "amigos y amigas", "socialistas.... y socialistas", dado que lo de socialistos todavía no suena bien. No es broma, esto último hay que atribuírselo a Pedro Sánchez, perdidos entre tantos 'os' y 'as'.

La moderadora intentaba, con poco éxito, que concretaran algo, pero Madina se liaba con los días y con las palabras. Por ejemplo, cuando no acertó con el adjetivo 'unido' y nos explicó que quería un PSOE junto". A la vista de sus exposiciones, casi parecía más lógico hablar de un PSOE revuelto, muy revuelto.  

El asunto de la corrupción se convirtió en una carrera por la decencia política. Madina y Sánchez abogaban por la dimisión obligada de todo cargo político al que se abriera un juicio oral por corrupción. Tapias, que para eso es de Izquierda socialista, iba más allá y pedía dimisión en cuanto llegue la imputación. ¡Qué chollo para el adversario! Y todo ello sin aclarar qué pasa cuando el acusado es declarado inocente y ya no puede retomar su cargo porque ha sido ocupado.

En la misma línea, puritanismo máximo, también, a la hora de altos cargos que salen de la política para incorporarse a consejos de administración en grandes empresas. Una crítica a Pedro Solbes o Elena Salgado, aunque también a José María Aznar.

Audiencia Nacional está para proteger la corrupción, ¿Y el Supremo

El más demagogo Pedro Sánchez. Con su llamamiento a "liberarse de complejos" porque "todo lo bueno que ha pasado en este país ha sido gracias al partido socialista". Y como ejemplo, 'el tren de la libertad', es decir, el tren de aborteras solicitando el crimen legal... del aborto. Eso sí, en nombre de la igualdad entre los sexos y de la libertad de las mujeres.

A la hora de reconocer los fallos cometidos por el último Gobierno socialista, Sánchez habla del indulto a Alfredo Sáenz y del nombramiento de MAFO como gobernador del Banco de España. Eso sí, ni una palabra sobe cómo debía haberse afrontado el problema d la crisis financiera.

Otro fallo, tanto para Sánchez como para Madina: no haber prohibido la presencia de políticos en cajas de ahorros. Al parecer olvidan que la LORCA fue una creación socialista y que las cajas de ahorros no eran instrumentos especulativos.

Es decir, Madina es el más derechista y el más progre, Pedro Sánchez el más demagogo: "Soy feminista... hay que acabar con los privilegios fiscales de la Iglesia... no quiero que a mis hijas les enseñen religión en el colegio sino educación para la ciudadanía) el más y Pérez Tapias el más incoherente.

El partido "al que amo", suspira Sánchez. "Partiremos la Ejecutiva", neologiza Madina, lo que no deja de ser una parida interesante, entre otras cosas porque habrá que abrir el paritaje al tercer sexo, y entonces habrá que 'tercerizar' el partido: ¿Dónde está la cuota gay ¿No se trata del tercer sexo y tienen todo derecho a copar la tercera parte de los cargos

¡Pobre PSOE!

Eulogio López

eulogio@hispanidad.com