La reforma educativa del ministro Wert tiene mimbres adecuados y propósitos difícilmente mejorables.
España necesitaba cambios importantes para combatir el fracaso escolar y mejorar la preparación de nuestros escolares. Con todo, los planes del Ministerio presentan lagunas. Entre ellas, la más importante es el arrinconamiento y casi desaparición de la cultura clásica en los planes de estudio de los niños españoles.
Cabe esperar una rectificación para que el latín y el griego tengan el peso que merecen por sus ventajas capitales para el alumno.
Jesús Martínez Madrid