Si dices que Orlando Zapata no era más que un malhechor, un preso común. Si apoyas una dictadura prehistórica de tiranosaurios.
Si defiendes la eliminación sistemática de toda disidencia política. Si no te opones a un régimen de terror y liberticida. Si no quieres ver ni oír a tanto otros que, como Orlando, han perdido la vida por la inhumanidad castrista. Si para ti las Damas de Blanco son unas farsantes oportunistas, los exiliados unos traidores a sueldo del imperio, Miami una sucursal del Club Bilderberg. Si apoyas el terrorismo de Estado, la negación de los Derechos Humanos y la mano de hierro con guante de pañuelo de seda saharaui que gobierna en Cuba, tú, y solo tú, Willy, eres el delincuente.
Diego Contreras Espina