Pedro José Ramírez, director de El Mundo, está emocionado con China. El periódico del PP –merece ese título tanto o tan poco como El País respecto al PSOE- considera (edición del viernes 20) que el gigante asiático presenta unas "estadísticas impresionantes". Crece al 11,5%, y su PIB ya ha superado a Alemania y consigue medalla de bronce, con ganas de situarse en el oro en cuanto los norteamericanos se despisten.
Todo el editorial rezuma admiración, ni un solo pero, y una llamada a abolir el gravísimo peligro que representa el "proteccionismo económico", sin duda el mayor de los males que asolan a la humanidad presente.
La verdad es que el Chile del general Pinochet se modernizó a grandes zancadas y sin los salarios de miseria vigentes en China. Pero me extrañaría que El Mundo hiciera lo propio con el Pinochetismo.
Porque claro, el problema es que China es una potencia económica pero, además, la mayor tiranía del planeta, una economía que crece por encima del 10% a costa de una minoría de mafiosos, por lo general de altos cargos del Partido Comunista- y una inmensa mayoría que cobras salarios de subsistencia y que emigra masivamente al extranjero.
En China impera la dictadura democrática, la más grave de todas, por el que las parejas pueden tener un hijo y donde los abortos son el pan nuestro de cada día, realizados en furgonetas… y a lo chino, es decir, a la bestia. No existe libertad de prensa, y el Régimen de partido único permanece intacto. El Régimen alienta una radial y feroz persecución religiosa contra los católicos fieles a Roma, al tiempo que fomenta el militarismo más extremo, la protección de regímenes dictatoriales próximos –como Corea del Norte, y encabeza la lista de países corruptos y de pena de muerte. Pero como es un buen mercado, resulta que para toda nuestra progresía, la de izquierdas y la de derechas, China es una maravilla.
Uno de los datos más reveladores, presentado por El Mundo como definitivo es que 162 millones de hogares chinos tienen Internet. El hecho de que se trate de una Internet censurada no convierte la cifra en menos impresionante para Pedro José: un 12% de la población, más que en la Europa de los 27. Y si no tienen libertad, ¿Para qué quieren Internet?
Eulogio López