Sr. Director:
¡Cómo se estarán frotando las manos de gusto en Nafarroa Bai! Pues el PSOE necesita en Madrid el voto favorable de su interesante parlamentaria, Uxue Barkos, en el debate de totalidad de los Presupuestos Generales del Estado 2008; ahora que Izquierda Unida, Eusko Alkartasuna, Coalición Canaria, Ezquerra Republicana de Catalunya, y Convergència i Unió, han mostrado sus dientes haciéndose valer.
Y tendrá que explicar cómo es posible que pretenda su voto, en el Parlamento de Madrid, mientras la juzga impresentable como socia en un Gobierno alternativo a UPN en Navarra; una paradoja que bien puede repetirse en futuras ocasiones.
Es más, y por si la ocasión no fuera suficientemente estimulante, UPN necesita del PSN-PSOE para sacar adelante sus presupuestos forales del 2008… La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, ay Dios...
En cualquier caso, el dialéctico, pragmático e incombustible Patxi Zabaleta, alma mater y cerebro gris de la coalición NaBai -procedente de la izquierda abertzale y en cuyo Despacho de abogados trabaja un antiguo miembro de ETA, Vicente Nazabal Auzmendi, condenado por asesinato del ex-alcalde de Etxarri Aranatz, Jesús Ulayar Liciaga- ha declarado como próximo objetivo alcanzar los 100.000 votos. Dos diputados y un senador, en suma, que bien pudieran ser determinantes en futuras coyunturas parlamentarias. ¿Una locura? Para nada.
Así, desde NaBai algunos propugnan, cara a las próximas elecciones generales, una candidatura de independientes ampliada a Izquierda Unida y los disidentes procedentes del socialismo navarro. Un objetivo, por tanto, totalmente factible, con el que desbordarían a un PSN-PSOE que difícilmente habrá podido recomponerse para entonces.
Y su ambición última, que ya no oculta: superar a la mismísima UPN. ¿Una utopía? Así se juzgó cuando declaró -hace más de 5 años- que pretendía superar electoralmente al PSN-PSOE, convirtiéndose de este modo en ‘el partido' de la izquierda en Navarra y locomotora del cambio institucional.
Pero estos chicos de NaBai no se dedican únicamente a pensar en clave electoral. También reflexionan en torno al modelo organizativo más adecuado con vistas a tan ambiciosos objetivos. Presente y futuro. Tácticas y estrategia. Así, en la entrevista que le realizó Ibai Fernández, en Diario de Noticias de Navarra el pasado 22 de octubre, Zabaleta valoraba la reciente crisis planteada por uno de sus socios -ese atípico partido de funcionarios, siempre originales y levantiscos, Batzarre- como una situación en última instancia positiva, no en vano "Las diferentes sensibilidades que tiene NaBai son difíciles de gobernar, pero también son su mayor riqueza".
Y, en la misma línea, sugería mirar hacia el Partido Democrático que acaba de fundarse en Italia a partir de la coalición El Olivo. Un modelo de "Pluralismo sí, pero con estructuras de unidad de acción". Sumar y no restar. Dar voz y no anegar las distintas o discrepantes. Y, aunque alimentados de algunas factorías del marxismo-leninismo -lo que siempre le acarreará sospechas de perversas prácticas propias del centralismo democrático, aunque revestidas con ropajes de supuestos debates internos convenientemente teledirigidos- en NaBai están trabajando incansablemente para consolidar definitivamente. De ahí, una figura muy interesante: la del independiente no militante de un partido concreto, pero sí adscrito a Nafarroa Bai.
No se piensen que estos debates son exclusivos de las izquierdas. De hecho, también en Italia, y desde la derecha, el Polo de las Libertades ha sabido articular diversas formaciones políticas de ideologías muy distintas, y a sus respectivos movimientos sociales; tanto en labores de Gobierno como de oposición. Y no es un modelo acabado; de hecho, y al igual que las izquierdas, también se están proponiendo en su seno nuevos modelos orgánicos. Sumar y no restar; por medio del debate y con espacios propios y representativos de cada identidad particular.
Unos ejemplos que no debieran pasar desapercibidos a una UPN que debe ambicionar la conquista de nuevas mayorías sociales, pero que, de momento, arroja a su periferia, y al etéreo espacio de la "intransigencia", a algunas voces críticas no necesariamente enemigas.
Un centro-derecha, el de UPN, que deberá trabajar en positivo, mirando al futuro, si no quiere limitarse a esperar resignado el desembarco de esos "100.000 hijos de San Patxi Zabaleta" que, no lo olviden, no innovarán Navarra, sino que la transformarán de modo que no la reconocerá ni la madre que la parió.
Fernando José Vaquero Oroquieta
jbasaburua@hotmail.com