Pues yo no aplaudo a Gallardón. Me siento Pepito Grillo y alma en pena que todo lo ve gris; me duele la alegría de tantos por lo que ha dicho Gallardón, cuando creo que cada vez que algo dice es para que todo vaya a peor.
Hacer una "nueva ley de aborto" es un paso atrás de elefante, es ratificar el aborto. ¿Qué pasa, que si lo hacen ellos, los peperos, es mejor? ¿Cuando el Partido Popular había legislado abiertamente a favor de un solo aborto? Siempre había dicho estar a favor de la vida. Ahora están en primera línea y en vez de utilizar esa mayoría que se les ha dado para decir hasta aquí hemos llegado, no, solo son capaces de retroceder un poquito.
En un año y medio de ley Aído, la sociedad española ha asumido la normalidad del aborto; ahora matar un poco menos está mejor. ¿Creen son fiables las cifras desgarradoras que emite el ministerio cuando sus fuentes y quien pasa los datos son abortorios protegidos de toda auditoría?
¿Creen ustedes que gente que no tiene vergüenza ni reparos en descuartizar a inocentes tiene alguno en inventarse números y cuentas para que el negocio sea rentable y cuadre con las subvenciones? Si papá y mamá autorizan el aborto, tampoco éste debe ser tan malo. ¿Cómo un padre o una madre van a hacer algo malo sobre su hija que les ha salido un poco distraída?
Ni me alegro ni felicito a Gallardón. Me entristezco por tanta gente buena a la que se está engañando. La ciudadanía pide "ni una muerte más de inocentes, ni una más" y no solo unas cuantas menos.
Estoy trabajando en provida y le puedo decir de primera fuente que con Aído y con el Sr. Aznar, la menor que quería abortar lo hacía. Su padre o madre, los mismos que lo harán ahora, autorizaban.
De conflicto nada. Son familias todas ellas desestructuradas, sin ningún tipo de amor, compromiso o entrega. Su lema es "no me des problemas".
Rosalía Cortés