El discurso de Zapatero ha sido autocensurado en un punto. Afirmaba que en el ámbito de la morosidad se reducirían los plazos de pago para la administración y se protege a las PYMES de posibles prácticas abusivas por parte de sus deudores. Pues bien, la propuesta de una pseudo-ley de morosidad se convierte en un mero comentario sobre el recorte de las prácticas abusivas frente a los deudores. Lástima de oportunidad perdida, porque muchas PYMES están teniendo que echar el cierre porque los ayuntamientos pagan tarde y mal.
A cambio, Zapatero anuncia que el nuevo fondo local contemplara la posibilidad de establecer cierta flexibilidad para que se puedan solventar las dificultades de los Ayuntamientos.