El pasado martes consiguió el diez sobre diez, tras la manifestación de la asociación Víctimas le Terrorismo del pasado día 4. Cerca de un millón de personas se manifestó en Madrid y ni tan siquiera el cerco de las televisiones controladas por el Gobierno (toda las de alcance nacional, incluidas, cada vez más, A-3 TV) boicoteó la convocatoria. Sin embargo, fue un éxito. Zapatero se vio obligado a decir que respetaba la convocatoria y prometió recibirles.
¿Qué hizo Barroso para amortiguar el impacto? Muy sencillo : en primer lugar, Zapatero recibió a la AVT no con la escena del tresillo, utilizada cuando quiere imprimir familiaridad a un encuentro, sino en una mesa de negociación, con dos partes claramente enfrentadas: la AVT por un lado y su ministro del Interior, acompañado, cómo no, del comisario de las Víctimas, Gregorio Peces Barba, a quien la AVT desprecia por manipulador.
Pero no sólo eso. Faltaba el toque final de Barroso : Zapatero naturalmente, no cedió un ápice, pero no contento con ello recibió en Moncloa a otras cinco asociaciones de víctimas más. Toda ellas juntas no representan ni el 5% de la AVT, pero eso es lo de menos. La idea era dividir a la oposición. Y, nuevamente, lo ha conseguido. Y sin echar mano de Pilar Manjón.