Y más: si están dispuestos a informar a la oposición, por qué no a la ciudadanía. La pregunta era obligada. Y De la Vega, responde con el ambiguo comunicado oficial. Dos conclusiones podemos sacar de los círculos retóricos de De la Vega. La primera es que el Gobierno no aceptará las imposiciones unilaterales del lehendakari. Ya no caben las imposiciones unilaterales. Estamos en un tiempo en el que habremos de resolver nuestras diferencias mediante el diálogo y el consenso. Vale.
La segunda conclusión es algo más difusa. El Gobierno observa un tiempo de esperanza. Hay esperanzas y en eso compartimos la opinión de Ibarretxe sobre la necesidad de erradicar definitivamente la violencia, de manera conjunta y como una meta que concierne a todos. Ahora bien, De la Vega matiza que eso no significa negociación con ETA y que para que esa negociación se produzca debe producirse el abandono de la violencia y la entrega de las armas.
O sea, que hay esperanza para la paz, pero no existe hoja de ruta porque según relata la vicepresidenta las cosas no son tan sencillas. La exploración de las vías para la paz no está predeterminada, señala De la vega, quien añade que las vías de los terroristas no llevan a ningún sitio.
Además, según De la Vega, Zapatero e Ibarretxe no hablaron de investidura y desvinculó el autopostulado de Patxi López a la lehendakaritza de las conversaciones celebradas el pasado jueves. No tiene nada que ver. El Sr. López se ha postulado en el ámbito de sus competencias como secretario general del PSE. Más pulpo como animal de compañía.