Rajoy le acusa de ser parte del problema de la economía española Lo había sugerido el lunes: si hay alguna novedad la dará a conocer en el mismo debate. Sí hubo una novedad. Algo tenía que vender: el ahorro de 1.500 millones de euros en gasto corriente. La respuesta de Mariano Rajoy fue clara. Ya lo podían haber pensado antes. Porque ocurre que el PP había presentado una enmienda por el mismo importe. Por supuesto, fue rechazada. Cuestión de coherencia. Y el recorte se le hace corto a Durán, que señala que ellos habían pedido un ajuste de 3.000 millones de euros en el gasto corriente.

Pero es que además, el ahorro no es tal. Porque Zapatero se comprometió a mantener o incrementar las prestaciones por desempleo. O dicho de otra manera. A poner más dinero encima de la mesa para alargar el período de cobertura del seguro de desempleo. Ya saben, nadie quedará abandonado a su suerte. Así que los 1.500 millones de euros de ahorro en fotocopias se irán a pagar más desempleo. Y probablemente se quede corto.

Por lo demás, Rajoy estuvo brillante en la crítica, duro en el discurso. Le acusó de ser el problema y no la solución. Vamos, que no sólo es incapaz, sino que casi es el culpable de la crisis. Buena retórica, pero ausencia de propuestas. Por ejemplo, no se atrevió a respaldar la propuesta de reforma laboral realizada por la CEOE. Una propuesta que sin embargo sí que fue respaldada por CiU.