Finalmente ha acabado la presidencia europea de Zapatero. No ha sido precisamente un gran éxito.
Comenzó en enero ya con mal pie con las televisiones europeas mostrando con estupefacción y entre bromas la web de la presidencia con la cara de Mr. Bean en lugar de la de Zapatero; continuó con el plantón de Obama; tuvo que suspenderse la Cumbre UE-EEUU; tampoco se pudo celebrar la Cumbre Euromediterránea de Barcelona y, para colmo, Zapatero ha sido ninguneado en los acuerdos de la crisis. En una frase lapidaria, De la Vega ha dicho que "Zapatero ha dejado huella en generaciones enteras de europeos".
Lamentablemente tiene razón. Ahora habrá que esmerarse mucho en limpiar esa huella, la mala imagen y los numerosos fracasos de esta presidencia.
Pilar González Rodríguez