Tomás Gómez trata de saludar a Zapatero y ZP marca distancias Curioso el gesto. Muy curioso. Este domingo el PSOE había organizado un sarao local. En el acto se entregaron algunos premios. Uno de ellos, a título póstumo, a Isaías Carrasco, el último concejal socialista asesinado por ETA. Zapatero tuvo palabras de recuerdo y cariños para su hija Sandra. Incluso se acordó de los concejales de otros partidos que luchan por la paz. Las cosas en el País Vasco son ahora diferentes. Tan diferentes como que -según un hortera socialista- la primavera no empieza el 21 de marzo sino el 4 de mayo, cuando Patxi López sea investido lehendakari.
Pues bien, los cariños y afectos de Zapatero hacia Sandra Carrasco no se los otorgó al secretario general de los socialistas madrileños, José Gómez, premiado por haber sido el alcalde socialista que más votos había cosechado. Parla: 74% de los votos. Gómez trató de buscar el respaldo de su jefe al levantarse de su silla para recoger el premio. Zapatero le saludó con cierto desdén. Una muestra de la distancia creciente entre la federal y el socialismo madrileño. Y es que Pepiño considera que Gómez es un liberal camuflado. Tan liberal como para llegar a prometer en Expansión la supresión del Impuesto sobre el Patrimonio. No obstante, el equipo de Gómez lo tiene claro: si Pepiño quiere guerra, la va a tener.
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