Ni en la entrevista de El País ni en el encuentro con los suyos Zapatero ha desvelado la incógnita: se presentará o no a las próximas elecciones, cuándo tomará esa decisión, de qué depende. En la rueda de prensa de balance del curso le han hecho por activa y por pasiva esas preguntas y no ha querido contestar. Ni siquiera se ha ido por las ramas, directamente ha dicho: A eso no voy a contestar, así de claro. Otro con su cuaderno azul.
Tampoco ha querido contestar a las preguntas relativas a la lucha de poder en el socialismo madrileño. Le han preguntado si era una cuestión política o electoral, de qué dependía, cuándo se iba a solventar la incógnita. Zapatero se ha refugiado en que no iba a contestar sobre cuestiones del partido en Moncloa. ¿Entonces cuándo?, ¿quizás una rueda de prensa en Ferraz? O en la calle, pero en otro momento. Boca sellada.
Por cierto que de remodelación de gabinete, nada de nada: Para mí no es una asignatura pendiente. Es más, ha apoyado expresamente a Salgado sobre la que ha dicho que ha actuado con su total respaldo en unas circunstancias muy difíciles.