La CNE espera el expediente de E.ON para juzgarlo según el nuevo concepto de Seguridad Energética Nacional. Mientras, en La Caixa renace el optimismo; ofrecen lo mismo de siempre: 28 euros por acción, mitad en metálico, mitad en títulos. Alemania promete venganza. En el Consejo de E.ON figuran compañías de las que dependen muchos puestos de trabajo en España. La SEC puede convertirse en un nuevo campo de batalla en la OPA
Hasta hace una semana, también tras el decreto ley del 24 de febrero o cambio del reglamento en mitad del partido- el ambiente en La Caixa era de pesimismo máximo. Es más, si el ministro de Industria, José Montilla, y el propio Zapatero, no hubieran presionado al equipo directivo de La Caixa, éste se habría retirado de la puja.
Digamos que nadie se creyó la virtualidad del Decreto. Hecho para que la Comisión Nacional de la Energía pudiera pararle los pies a los alemanes, y volviera a dejar el camino franco a Gas Natural. El Eje franco-alemán haría doblar la rodilla al Presidente del Gobierno español, y las amenazas de la Comisión Europea surtirían efecto.
Pero no conocían la cabezonería cazurra del presidente del Gobierno, que no admite pactos honrosos ni retiradas estratégicas. Recordemos que el decreto del pasado día 24 en el fondo no hace más que retirar una frase, pero clave: la referida a actividades reguladas. En otras palabras, si hasta el momento la CNE tenía veto o informe vinculante- sobre empresas energéticas nacionales, ahora lo tiene sobre cualquier tipo de empresa que lance una OPA sobre una eléctrica o petrolera españolas, independientemente de su objeto social o su nacionalidad. Ya no se habla de competencia (E.ON sólo podría aumentar la competencia en España, nunca reducirla, por la sencilla razón de que no está en España) sino de seguridad energética nacional, con los consiguientes problemas de suministro, etc.
Por esa vía irá el razonamiento de la Comisión Nacional de la Electricidad, con el que E.ON quedaría fuera del partido. Eso sí, eso no significa que Gas Natural pueda mantener la OPA en 21,3 euros por acción, dos tercios en acciones de GN. Por contra, tendrá que elevar el asunto hasta los 28 euros, aunque ofrecerá la mitad en metálico. Es más, la tentación es considerar que E.ON es cierto- no paga 27,5 euros, sino 25,5, y rebajar hasta la oferta mejorada a los 26 euros, pues de otra forma simplemente los accionistas se quedarán con sus endesas en el bolsillo.
Lo peor de todo, claro está, será que Gas Natural insista en que para financiar la OPA necesita vender activos. Así, si paga más, venderá más, y hay que recordar que el Gobierno Zapatero no les puso límites a la hora de enajenar.
Las consecuencias de la jugada pueden ser duras. No olvidemos que los alemanes presumen de liberales, pero lo cierto es que sus grandes empresas tienen la protección del Estado por muchas vías. Pero también cuentan con el mutuo auxilio de las grandes corporaciones germanas: ¿Alguien puede olvidar que en el Consejo de E.ON figuran otras multinacionales alemanas o francesas (no olvidar el eje franco alemán) tales como Siemens, Volkswagen, Axa o Suez.
Por cierto, no hay que olvidar que Endesa cotiza en Nueva York. Los fondos de inversión ya han advertido que si no se les ofrece una buena salida, denunciarán a Gas Natural ante al SEC.