Marsans reta a lo Ejecutivos español y argentino, mientras, Kirchner impugna por tercera vez la Junta de Aerolíneas
En la Argentina es una de las grandes noticias económicas del momento, así como una de las principales conclusiones de la Cumbre Iberoamericana (junto a la de Aguas Argentinas, en la misma dirección). Y así, aunque en España pocos se hayan enterado, lo cierto es que Rodríguez Zapatero se comprometió en Salamanca, ante los medios informativos, en presencia de Néstor Kirchner, a arbitrar una solución al caso Aerolíneas Argentinas, en su día regalada por la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales SEPI, al grupo Marsans, de Gonzalo Pascual y Gerardo Díaz, con el añadido de 758 millones de dólares de dinero público español.
Pues bien, el futuro de Aerolíneas se dirime en buena parte en los tribunales, tanto a argentinos como españoles. Por su parte. El Gobierno Kirchner, además de regulador accionista minoritario de Aerolíneas, ha impugnado por tercera vez (ejercicios 2002, 2003 y 2004, es decir, todos los de Marsans) la Junta de Accionistas de Aerolíneas. En la Junta del presente año, Antonio Mata, a quien Pascual y Díaz colocaron al frente de Aerolíneas, ha realizado cinco convocatorias sin ningún éxito, la última el pasado lunes 18. a la postre, el resultado es invariable: el Gobierno argentino, en calidad de accionista, rachaza las cuentas anuales y la gestión del Grupo Marsans, entre otras cosas hasta que no se aclare judicialmente cómo se han empleado los fondos que el Estado español dio para reflotar Aerolíneas.
Pues bien, Zapatero y Kirchner acordaron dar una salida al caso Aerolíneas a la mayor brevedad posible. De ello se encargarán, por parte española, el secretario de Estado monclovita, Miguel Sebastián, y por parte argentina el todopoderoso jefe de Gabinete presidencial, Alberto Fernández, y el ministro de Planificación, Julio de Vido.