Sr. Director:
Está penado por la ley -y está muy bien- vender a un ser humano, una madre no puede vender a su hijo, ni puede abandonarlo, pero sí puede matarlo horas antes de que haya visto la luz.

 

La historia de Salomón relata el conflicto que presentan ante él dos mujeres respecto de la maternidad de un niño. Ordena Salomón que lo partan en dos y den la mitad a cada una. Habiendo aceptado una que sea partido,  y manifestar la otra que renuncia al niño a favor de su rival antes que verlo muerto, sentencia Salomón que ella es la madre y se lo entrega.

La ley de Zapatero hace a la mujer de hoy peor que la falsa madre descrita en la historia de Salomón, porque ésta aceptaba la muerte del niño no siendo ella su madre, en tanto que la de hoy condena a su propio hijo. Hoy podemos ver a las dos mujeres representadas por nuestra sociedad partida en dos grupos, con independencia del número de personas de cada uno porque el derecho a la vida es individual y no tiene que ver con la democracia.

Salomón, máximo exponente de la sabiduría humana desde hace miles de años, apostó por la vida descubriendo justamente a la verdadera madre. Zapatero, máximo exponente de (¿?) desde hace seis años, ha apostado por la falsa madre, porque una mujer que asesina al hijo de sus entrañas no merece el altísimo honor de ser llamada madre.

Amparo Tos Boix