El secretario de Estado para América Latina, Juan Pablo DelaIglesia se encuentra en Tegucigalpa en el comité de cancilleres de la OEA. Está encantado. Por fin ha descubierto las competencias de una secretaría de Estado vaciada de contenido. Y eso a pesar de que desde el Gobierno Micheletti ya se le ha advertido que será recibido como un turista. Pero a él le da lo mismo: se muestra muy satisfecho de que ambas partes hayan aceptado el acuerdo de San José. Un detalle que se ha producido desde el principio. La duda es cómo se interpreta un acuerdo que el propio negociador Arias califica de no pétero.
Por otra parte, la posición de la petrolizada OEA está más suavizada desde que el embajador de Estados Unidos abogó por defender el proceso electoral del 29 de noviembre con independencia de quien ceda el poder. Las cosas han girado y Zelaya se siente cada vez más solo. Por eso el ex presidente señala ahora que la OEA tiene una posición muy débil.